Una mirada al baile Rock and Roll

baile rock and roll

El baile rock and roll nació junto con el género musical, en los años ’50 del siglo pasado. Al igual que sucedió con el ritmo y las canciones, el baile rock and roll se difundió rápidamente, sobre todo entre los jóvenes de la época. La razón de su éxito era muy sencilla: era novedoso y transmitía grandes dosis de energía y vitalidad.

Además, en aquel tiempo los jóvenes sentían la imperiosa necesidad de rebelarse ante las normas establecidas por las generaciones precedentes. Pensaban que la vida era demasiado formal y aburrida. El rock and roll llegó en el momento justo para convertirse en un elemento unificador de las masas que apostaban por el cambio.

El baile rock and roll se desarrolla en pareja y se necesita de cierta resistencia física para seguir estos pasos enérgicos y rápidos. De hecho, muchos han afirmado que el ritmo que caracteriza al baile rock and roll es “arrollador”.

La postura de los bailarines prevé una ligera inclinación hacia delante, realizando un movimiento regular de caderas y moviéndose siempre a la mayor velocidad posible pero siguiendo el ritmo de la canción. Normalmente los bailarines profesionales comienzan a aprender los pasos del rock and roll desde la adolescencia. Además, con el paso de los años se han añadido formas extremas de baile, como el Jive, que es mucho más espectacular y demanda acrobacias que la mayoría de nosotros no seríamos capaces de realizar.

La música que acompaña al baile rock and roll sigue un ritmo constante de cuatro tiempos. Sin embargo, se debe puntualizar que incluso en las competencias de baile, los bailarines utilizan un único paso que está compuesto por seis movimientos. Aunque estos movimientos son bastante estrictos, cada pareja es libre de añadir pequeñas variaciones que les permite girar o avanzar en la pista de baile.

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